Soborno, fraude financiero, manejo de
información y un escándalo sin presedentes. Enron, una empresa de energía con
sede en Texas que para inicios del 2001 reportó ganancias por más de 1.000
millones de dólares y para diciembre, del mismo año, declaraba su banca rota.
Envuelto en un manto de juegos fraudulentos entre la corporación y sus
auditores, una cultura organizacional enfocada con predisposición al fraude a
sus propios colaboradores; dicho manto llegó hasta las esferas más altas del
gobierno del ex presidente norteamericano George W. Bush.
En el caso Enron se puede ver de forma
directa cómo se utilizó, a favor de la empresa, muchas formas de elementos de
comunicación que años más tarde terminaron por hundir con más fuerza a la
empresa. Por ejemplo:
o
La corporación tenía una cultura
organizacional que promovía a sus trabajadores a lograr sus objetivos
colectivos, algunas veces los objetivos eran logrados sin poder ser explicados
por los trabajadores (las cifras estaban manejadas por la administración).
Luego de llenar a sus trabajadores de esa mística triunfal de lograr superar
sus propios límites la gerencia se dio cuenta de que controlaba en gran parte
el sentir y decisión final de todos sus colaboradores: promovió la reinversión.
Bajo el disfraz del crecimiento de una sociedad para beneficios mutuos y
apoyándolos con mensajes como “el futuro de tu inversión está en tus manos”[1] que
llevaba a los trabajadores a decidir invertir sus rentas en la compra de
acciones de la empresa que siempre, hasta finales del 2000, estaban con precios
en alza.
o
Andresen, empresa de auditoría con reconocido
trayecto internacional y respaldo de credibilidad en el sector financiero colaboró en la estafa de Enron. La
auditora manipuló información emitida por sus colaboradores que informaban de
grandes pérdidas en el sector de innovación de Enron y simplemente omitió
dichos informes en cada uno de sus conglomerados certificados trimestrales.
Dicho manejo de información por una fuente totalmente creíble para el público
objetivo del mensaje generó que ningún inversionista desconfié de la posible
rentabilidad de dinero que le otorgaría la compra de acciones en dicha empresa.
El mercado bursátil internacional excluyó en el 2002 a Andersen de todo manejo
o auditoría informativa a nivel mundial lo que significó el fin de la firma.
Dicho fallo se produjo cuando Andersen fue declarado culpable ocultar
información relevante en sus informes trimestales. Enron tenía el control pleno
de que información salía a la luz pública y cuál otra simplemente se archivaría
y nunca se daría a conocer.
o
Por otro lado, los directivos de la empresa
también controlaron y manipularon la opinión pública con sus mensajes
alentadores y tranquilizadores frente a un hecho doloso en frente: ante cada
reportaje o información sobre el mal estado financiero de la empresa eran los
altos directivos o el CEO los encargados de ser portavoces frente a sus
principales accionistas: sus propios trabajadores que en conjunto manejaban,
contando la inversión de su propio fondo de pensiones comunitario, el 17% del
total de los inversionistas de la empresa.
o
Una vez que se dio a conocer el fraude
corporativo la prensa hizo su parte reuniendo información equivalente al 90% de
la utilizada en el juicio contra los directivos de la corporación, presentó
constancias escritas en la que más de cinco auditores habían señalado la crisis
en la que se desenvolvía la empresa para finales de 1998 y los cuales nunca
fueron publicados. La prensa dio a conocer el testimonio de Susan McFilder,
asistente contable junior de Enron, que denunció frente a la opinión pública la
destrucción de más de una tonelada de documentos de la empresa. Para mediados
del 2002, McFilder fue interrogada por el FBI antes de presentar en file
McFilder en el que se detallaba el proceso de destrucción y quienes habrían
estado tras este hecho.
o
En Enron se esforzaron por darle a la prensa una
historia perfecta de la cual hacer una comidilla pública al más puro estilo
novelesco: una empresa que abusó de sus trabajadores, grandes personalidades
públicas relacionadas a un escándalo, un “malo” de la historia con
declaraciones lamentables: Kenneth
Lay y su “California se hunde como el
Titanic; aunque sea el Titanic tenía luz.”, un grupo de personas que quedaron
en la banca rota sin fondos de pensiones (un tema sumamente sensible en la
población norte americana que tiene como principal objetivo de vida el reunir
un fondo de pensión para el futuro) La quiebra dejó
en ruina a miles de sus empleados que además de perder su trabajo vieron
desplomarse las acciones (de US$90 a US$0,42) que adquirieron estimulados por
el directorio de la compañía. También el fondo de pensión calculado en unos
US$700 millones y un asesinato. Todos esos matices noticiosos le dieron
a Enron una atención mediática sin precedentes.
[1] CFR:
Cronología de una crisis en Editorial BBC INT. 2001.
Enron era
una corporación con presencia en más de 40 países. Sus públicos internos y
externos fueron manipulados de forma premeditada para lograr promover la imagen
exitosa de la corporación.
Públicos
Internos
o
Los trabajadores fueron parte de los públicos
internos más importantes que tenían para el manejo total de la empresa. En cada
una de las reuniones corporativas se impulsaba y promovía la reinversión de sus
rentas en acciones de la misma empresa, en este caso particular los
trabajadores de la empresa (alrededor del 57% del personal administrativo de
Enron) cumplen un papel doble de público: Son enfocados de forma interna ya que
laboran con el día a día de la organización, sin embargo al representar
alrededor del 17% del valor de accionistas conjuntos de la corporación también
pueden ser considerados como público mixto.
§
Los trabajadores fueron los promotores y
principales acusadores de la empresa cuando esta fue enjuiciada el manejo que
se le dio a este sector del público fue realmente escandalosa. Para finales del
2000 y frente a la declaración de rentabilidad de la empresa el CEO alienta a
sus colaboradores a volver a invertir su rentabilidad en acciones corporativas
sabiendo que la empresa estaba ya condenada a un fin escandaloso debido a su
mal manejo de inversión.
o
Los funcionarios de la corporación en su
mayoría, según cuenta el documental, desconocían cómo al finalizar cada
trimestre podían haber logrado llegar a su objetivo e incluso superarlo. Las
cabezas de grupos administrativos de la empresa desconocían los manejos
fraudulentos de la organización pero a pesar de que la mayoría tenía una
sospecha, eran muy pocos los que se atrevían a opinar sobre el tema en público.
§
La empresa supo cómo controlar muy bien a los
principales funcionarios de rango A y B de la corporación. Cada momento que se
soltaba alguna opinión sobre alguna posible evidencia de fraude o mal manejo
contable se les alentaba de forma monetario a “centrar sus fuerzas en trabajar”[1].
Públicos Externos
o La opinión
pública comenzó a tener mayor presencia para la empresa, principalmente luego
de que se conocieran los principales indicios de fraude y corrupción en
California. Era a la sociedad a quienes se les había triplicado el precio de la
energía eléctrica y a quienes se les estaba afectando con los apagones para
ahorrar energía en el estado.
§
Nunca se dio un manejo o dialogo con las
personas directamente afectadas por los delitos cometidos, principalmente en
California, por los actos de corrupción de la empresa. Los directivos de Enron
sabían y conocían estos manejos sin embargo poco o nada dieron por dar o sentar
una imagen de “rechazo” frente a las acusaciones y por el contrario las dejaron
de lado permitiendo que la opinión pública llene esos vacíos con información
periodística y especulaciones. La empresa debería de haber manejado este hecho deslindadnos
cualquier acto de corrupción, así mismo debió de haber comunicado mejor su
postura frente a los apagones tratando de sentar una imagen menos repulsiva
frente a la sociedad. Esto sabiendo que la empresa en verdad si era culpable de
todos los hechos que se le acusan.
o El sector
inversionista y corredores de bolsa de valores recibían información de fuentes
confiables y como buenos economistas analizaban y proyectaban la información
para convertirla en una hoja de ruta la cual seguir al momento de invertir. En
la mayoría de casos Enron significaba una inversión segura. No solo era la
empresa con mayor crecimiento continental sino que su rentabilidad estaba
garantizada y nada hacía prever que se desplomaría en menos de dos meses
pasando el valor de la acción de 90.00 a 0.35 centavos de dólar.
§
El gran afán de Enron era mantener siempre una
tendencia de crecimiento en el valor de sus acciones, los malos manejos de las
inversiones corporativas habían dejado sin piso las dosis de inversión y el
flujo de caja de la empresa basada en sus ingresos supuestos. Podría para
finales del 2000 haber expresado que su cremiento fue menor, no lograr a los
mil millones de dólares como lo había poryectado sino mantener o manjear una
cifra que lo ayude a no reflejar pérdidas sino una continuidad de capital. En
ese momento la empresa contaba aun con la credibilidad del sector inversionista
que ubiera podido tomarlo como un estancamiento global financiero y no como una
crisis, y que a pesar de eso ubiera seguido confienando en la empresa en el
futuro. Sin emabrgo el afán por superar sus proyecciones lo llevo a dejar
vacías las arcas de la empresa y lo que adelante su fin. Es mejor rendir
cuentas con una reseción global y una replanificación de las inversiones a
gastar más dinero del que ya no tienes para intentar salvar un crucero que está
tocando fondo.
Público
Mixto
o Los
auditores de Andersen constituyen un público mixto. Por una parte trabajan para
una firma externa a la empresa que debería haberse encargado de informar al
sector inversionista sobre la realidad de la empresa, apoyados en su
trayectoria y credibilidad la firma manipuló los informes de sus colaboradores,
pero a pesar de esto los auditores permanecían y cumplían todo su horario de
trabajo dentro de la empresa. Es por este motivo que es un público mixto. Vale
mencionar que los pocos colaboradores que se opusieron a los informes oficiales
de la firma fueron re contratados por otras grandes empresas para el 2002, sin
embargo el 80% de ellos fue suspendido de por vida de cualquier auditoria a nivel internacional.
Kenneth L.
Lay: Director de ENRON. Fue reemplazado por Skilling y pasó a ser presidente
del directorio. En el 2001 es el quien asume el cargo luego de que Skilling
dimitiera y fuera acusado de fraude financiero. Trató en todo momento de no
mencionar el esado real de la empresa y sus declaraciones fueron desde todo punto
de vista lamentables. En una comunicación privada mencionca sobre el caso de
los apagones en California “Se están hundiendo como el Titanic, pero el Titanic
tenía luz”. Para Julio del 2001 trató de tranquilizar a los inversionistas y
trabajadores de la empresa diciendo que las especulaciones por casos políticos
eran parte de un complot hacia la empresa sin embargo la convicción y posturas
al dar el mensaje fueron las que lo delataron. Kenneth mentía. Canalizó el odio
generalizado de la población frente a la visible impunidad en la que se
desenvolvía: “Nos levantaremos, no hay por qué temer”.
Jeffrey Skilling: Director de ENRON destituido al día siguiente de
cuando el directorio le ratificó la confianza en octubre del 2001. Su relación
con el personal era cordial y todos los trabajadores lo veían como el único
capaz de salvar la situación de la compañía frente a una catástrofe financiera.
A pesar que ninguno de los directivos de la corporación mantuvo una buena y
fluida comunicación con la prensa, a pesar de necesitarla luego de los
escándalos de corrupción que iniciaron el descalabre corporativo, Jeffrey
siempre tuvo el respaldo de los trabajadores y apaciguo todas las inquietudes
sobre una posible y eventual crisis. Al momento de ser despedido dejó a todos
los colaboradores con una incertidumbre que Lay no pudo revertir. Su postura
firme y voz fuerte siempre mostraron confianza, sus actitudes nunca hicieron prever
que detrás del ejecutivo de llegada “popular” se escondiera un funcionario que
ayudó a desviar fondos por más de 25 millones de dólares. “En las próximas
horas quien debe irse, se irá de la empresa. Pasado mañana todo estará mejor.
Yo lo garantizo.” Fue parte del discurso que alentó a los trabajadores a estar
tranquilos frente a la salida de Lay y fue él quien termino saliendo de la
empresa.
George W. Bush: Cada momento en el que intervino como vocero no
escogido pero natural de la corporación termino únicamente generando un odio y
rechazo mayor por parte de la población. Bush ganó las elecciones
principalmente porque los demócratas no tuvieron la habilidad política de
lograr generar una campaña sólida. En segunda instancia se valió de la guerra
en Irak y el atentado del 11 de septiembre para poder impulsar su candidatura.
Nunca tuvo la popularidad suficiente como para poder revertir una situación
desfavorable con su simple voluntad. La forma poco natural en como declaraba y
la baja mirada que tenía al momento de dar sus declaraciones sobre ENRON no
terminaron por convencer a nadie. “Muchas empresas han contribuido con
Washintong. Pídanle explicaciones a las empresas que dan el dinero no a quienes
lo reciben” siempre y en todo momento trató de aislarce y deslindar vinculación
con ENRON.
David Duncan: Funcionario de la firma auditora
Andersen que se declaró culpable de obstruir la justicia apoyando la
destrucción de más de una tonelada de documentos de la firma. Es él quien avaló
la veracidad de los estados financieros de ENRON llevando a su firma a la inhabilitación
de por vida de cualquier negocio financiero a nivel mundial. Duncan entregaba
de forma trimestral un resumen ejecutivo a la mayoría de agentes de bolsa en el
que hablaba del posible crecimiento del nivel monetario de ENRON y nunca dio a
conocer la farsa en la que se desenvolvía la corporación. Frente al público
económico Duncan tenía mucha aceptación y se ayudó en esta para lograr una
ecuación perfecta de resultados que terminaban dándole a la empresa un
crecimiento anual por encima del esperado. Sus primeras declaraciones frente a
la justicia norteamericana no convencieron, se le notaba con temor y poca
seguridad. Terminó reconociéndose culpable de los delitos que se le emputaron. “Si,
me declaro culpable de obstruir la justicia y de generar una alianza para
defraudar económicamente al mercado” es la última verdad que se le escuchó
decir frente a la justicia, sus aportes y escritos pasaron a ser muestra del
cinismo financiero más alto de la historia.
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